Notas sueltas frívolas en tiempos de mundial VI. Uno sin tequeños.
Una de las cosas que extraño en este mundial son los tequeños.
Ese trocito de felicidad frita rellena de queso blanco es un excelente compañero a la hora de… en cualquier momento, bajo cualquier circunstancia, en todo lugar.
Se trata de un “pasapalo” (aperitivo para acompañar, “pasar”, la ingesta alcohólica, los tragos, “palos”) típico de la cocina venezolana. Un rectangulito de queso blanco envuelto en una fina masa de harina de trigo (que puede ser de hojaldre), fritos en abundante aceite.
Este pasapalo no falta, por lo general, en las reuniones venezolanas. Sin distinción de clase social, rango etario, sexo o ideología.
El queso blanco, tan común en Venezuela, no es propio de la cocina argentina, pero se consigue una versión dentro de la comunidad armenia.
En la “Panadería y Confitería Armenia” (Av. Scalabrini Ortiz 1414, entre Cabrera y Gorriti) venden el “queso armenio”, que viene a ser algo así como un queso palmita, con menos huequitos y un poco más salado. Un truco que aplico es ponerlo a remojar un ratote antes de guardarlo en la heladera.
Eso sí, es carísimo! El kilo ya va por más de 60 pesos.
En la heladera lo tienen preparado en bolsas de medio kilo. El personal de la panadería ya sabe: “Ah, para los tequeños?”, preguntan, y sonríen.
Precisamente entre sonrisa y sonrisa es que he visto cómo ha ido subiendo el precio. Cada vez que voy está más caro (esos precios por acá son todo un lujo).
Igual, no me animo a prepararlos. Esas son cosas de mi amiga Glenda, que tiene buena mano para las masas.
En fin, a mi éxito de mundial acá sólo le ha hecho falta una bandejita de humeantes, grasosas y esponjositas nubecitas de harina y queso.
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(Video) Kristina Wetter y su receta de tequeños
PANADERÍA Y CONFITERÍA ARMENIA:
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